«El club da una oportunidad a aquellas mujeres que en casa o en su día a día no tienen la posibilidad de abrirse como lo hacemos aquí»

Entrevista en Nemesia Córdoba, Yolanda Ruiz, Maria Bou y Montse Morillas, miembros del club de lectura “En femenino: la voz y la palabra”



jueves, 7 marzo, 2024 – 08:30

Hace cinco años que Nemesia Córdoba propuso a la Biblioteca Antonio Martín crear un club de lectura feminista, que tratara, desde obras literarias, temas como la igualdad y los derechos de las mujeres, así como el análisis de la evolución de su papel a lo largo de la Historia. Este club, que se reúne cada tercer miércoles de mes a las 18:30 h en la Biblioteca Antonio Martín, en el Céntrico Espacio Cultural, es un lugar de encuentro y reflexión a partir de libros escritos por mujeres, como explican cuatro de sus miembros en esta entrevista.

¿Cómo nació el club?
N. C.: Soy profesora de lengua y literatura castellanas y siempre me ha gustado mucho la lectura. Hacía tiempo que tenía ganas de participar en un club feminista de lectura y repasé la lista de clubes que había en El Prat, que eran muchos: historia, filosofía, inglés… Presenté el proyecto en la Biblioteca Municipal Antonio Martín, y con el apoyo del programa de Igualdad lo aceptaron.

¿En qué consiste el club?
N. C.: La idea es leer autoras y analizar los testimonios de sus palabras, ver cuál es el mensaje que nos quieren transmitir. Nos acercamos a los textos desde el punto de vista literario pero también vital y social, como mujeres feministas que queremos cambios en la sociedad. Las que empezamos hace cinco años todavía estamos, con gente nueva que ha venido después, y hemos creado un espacio de interrelación personal y cultural con unos vínculos muy fuertes. Y estamos abiertas a cualquier actividad social, somos sensibles a todo lo que nos rodea. Somos un club humanístico, podríamos llamarlo.

¿Hay algún libro que le haya marcado especialmente?
MM: Es difícil elegir uno porque hemos leído más de 40, nueve cada curso escolar –funcionamos de septiembre a junio-. A veces lees un libro en casa y no te ha acabado de agradar, pero después vas al club y, con el intercambio de opiniones, lo encuentras más interesante. Si tengo que elegir una diría Canto yo y la montaña baila, de Irene Solà, una autora catalana joven que no conocía. Su libro me fascinó, crea un universo único.
Y. R.: Yo, más que libros destacaría autoras, que es una de las cosas que más agradezco al club, que me da a conocer nuevas escritoras y leer cosas que de otro modo no habrían llegado a mis manos. A mí me han gustado especialmente Annie Ernaux o Sara Mesa. Pero lo que más me gusta es que, después de leer, lo compartes con las compañeras y descubres cosas nuevas y puntos de vista que enriquecen la lectura.
Esta puesta en común parece que es lo que más le satisface de formar parte del club de lectura, ¿verdad?
M.M.: A mí, una de las cosas que más me fascina del club es el diálogo que se establece entre autoras, vivas o muertas, actuales u otros tiempos, de continentes diferentes –ahora acabamos de leer una coreana-, un libro te lleva a otro, una autora te recuerda a otra… para mí esto es muy valioso y muy interesante a nivel intelectual.

Tú, María, acabas de incorporarte al club.
M. B.: Sí, yo llevo muy poco tiempo, pero ya el primer libro que leí me tocó mucho, Los armarios vacíos, de Annie Ernaux. Ya conocía a la autora y siempre me ha gustado, porque utiliza un lenguaje muy duro y descarnado y hace entender muy bien lo que ha vivido como mujer, con un compromiso político y social feminista muy claro.

El hecho de que en el club seas mujeres de diferentes generaciones, también se aportarán puntos de vista variados, ¿no?
MM: Sí, es un espacio de escucha y de respeto que no siempre se da en otros ámbitos. Yo tengo muchas ganas de que llegue el día del encuentro por el placer intelectual y también por el gozo de estar con las compañeras.
Y. R.: De hecho, en verano, cuando hacemos el paro, yo estoy inquieta y pensando cuándo será la primera sesión después de las vacaciones, para volver a vernos y empezar a leer nuevos libros. Y cuando por alguna razón no puedo ir, me da mucha rabia.
N. C.: Es un espacio para compartir opiniones, sensibilidades, puntos de vista y hacer crítica social e incluso política. Se trata de vivir la literatura como herramienta viva. Nos lo pasamos muy bien.
M. B.: Para mí, este grupo ha sido una oportunidad para poder conocer otras voces, más allá de las de mi círculo. Y también nuevas autoras más allá de las típicas. Muchas veces, cuando leemos una obra que tiene un trasfondo feminista, podemos sentirnos reflejadas con algunas cosas que dice la autora, pero con otras no. Y entonces, cuando llegas al club, escuchas otras opiniones diversas y cómo lo han vivido otras personas. Porque el patriarcado nos afecta de manera diferente a todas y tener un lugar donde poner todo esto en común es muy enriquecedor y al mismo tiempo nos permite hacer una deconstrucción propia para poder conocernos a nosotros mismos. El club da una oportunidad a aquellas mujeres que quizás en casa o en su día a día no tienen la posibilidad de abrirse como lo hacemos aquí.

También hace algunas actividades paralelas, ¿verdad?
Y. R.: Sí. Por ejemplo hicimos un hombre-naje en Almudena Grandes, en el salón de actos del Céntrico, con música y lectura de textos. También, con la escritora pratense Ester Borrull organizamos una conversación abierta, en la que nos habló de su libro, Las mujeres que he amado. También hemos realizado actividades de lectura en voz alta, en las que cada una elige un texto.

Rocío Santaeufemia Gutiérrez