«El pesebre ya ha dejado de ser patrimonio sólo de los cristianos»

Entrevista a Josep Peraire, belén aficionado



martes, 17 diciembre, 2024 – 09:30

Josep Peraire es un gran aficionado a los belenes. Hace años que monta el del Centro Cívico Sant Jordi – Ribera Baixa -este año inaugurado el 16 de diciembre- y también forma parte del grupo de gente mayor que elabora cada año el pesebre de la pl. de la Vila -inaugurado el viernes 13-. En esta entrevista -extraída de la que concedió a elprat.radio hace unos días- nos cuenta su relación con El Prat, de donde le viene la afición por el pesebrismo y qué piensa de todo ello. 

José, usted no es de El Prat, pero lleva muchos años viviendo allí.
Antes vivía en Hospitalet, pero nací el año 33 en la Sagrera, en Barcelona. Mi padre murió en la guerra y fuimos a vivir con los tíos y la abuela. De joven ya había venido mucho a El Prat, casi todos los domingos, en bici, a pie o en patinete, iba a la playa, donde montamos un aparato para navegar. Llegué a montar un acuario con unos 200 peces cogidos por ahí. En la ciudad no parábamos, pasábamos de largo, olía a la Seda… Es increíble el cambio que ha hecho El Prat, que ahora es una auténtica ciudad.

¿Y cómo es que vino a vivir?
Para acompañar a mi hija, que había venido a vivir antes. Años antes había realizado algún trabajo de impresión para la farmacia de la avenida, cuando la inauguraron, junto a las pinturas Rull. Aquella zona de El Prat era todavía un desierto. Yo tenía muy mala impresión de El Prat. Pero mi hija me dijo: «No la conoces». Y vine a mirar y vi ya el nacimiento de una ciudad bien ordenada, muy cómoda. Se han arreglado mucho las calles y ahora es un sitio muy cómodo para la gente mayor. Y tranquila, aunque cada vez menos, supongo que por el metro, digo yo, no sé.

¿Cuál era su profesión?
Aprendiz de todo y oficial de nada. Con 14 años empecé a trabajar en una fábrica de agujas inyectables que montó un tío mío, y me fue muy bien, llegué a ser socio. En paralelo montamos una copistería e imprenta.

¿De dónde le viene el entusiasmo por los pesebres?
En casa siempre lo montábamos, era tradición. Ya teníamos uno que venía de los abuelos. Pero eran unas figuras clásicas, y los niños las tocaban… ya una le rompen las orejas, a otra la nariz… Y compré otra, pero tampoco gustó a los jóvenes. Y entonces dije: haré yo uno que puedan echar por tierra si hace falta. Y fui haciendo diferentes belenes a lo largo de los años. Y también hice un Sant Jordi, con un dragón de 60 centímetros, que le di en el Centro Cívico Sant Jordi – Ribera Baixa, que todavía lo tienen. Y con el pesebre ocurrió lo mismo. Y ahora cada año lo monto ahí, desde hace unos nueve años. Tiene mucho éxito. Primero me dejaron dos tablas, y ahora ya cuatro, que miden dos metros cuadrados.

El pesebre del centro cívico Sant Jordi – Ribera Baica Se ha ido haciendo mayor.
Sí, y estoy viendo que el pesebre ya ha dejado de ser patrimonio sólo de los cristianos. La antigua esencia del belén se va perdiendo. Se decidió hacer algo mixto, una parte pesebre tradicional y otra más de fantasía, siempre pensando en las criaturas, para que les guste más. He hecho piezas móviles, en uno había un tiburón, en otro celebramos los 50 años de la llegada del hombre a la luna… y así voy haciendo. De las pocas virtudes que tengo es que soy creativo. Me sabe mal no haber sabido explotar lo suficiente la gran riqueza que es la informática y todas sus posibilidades, pero por edad ya no…

“La antigua esencia del belén se va perdiendo.
Se decidió hacer algo mixto, una parte tradicional
otra más de fantasía, pensando en las
criaturas, para que les guste más.”

Cómo llegó a participar en el pesebre de la pl. de la Villa?
Porque mi mujer iba al casal de la Caixa Penedès y allí había uno que hacía el pesebre y me propuso ir. Entonces vi el esfuerzo que estaban haciendo aquella gente, muy precario, con pocas herramientas adecuadas, pero que conseguían unos resultados impresionantes. Ha evolucionando mucho, ahora sí tenemos medios y ha entrado gente de nivel, que hacen cálculos, que saben de electrónica… Antes casi todo el mundo se veía con corazón de hacer cosas, pero ahora algunos se asustan viendo el nivel que hay . Yo mismo, si fuera ahora, no entraría, y eso que me considero hábil. Yo he aprendido mucho, hay gente que te enseña cosas nuevas. Dedicamos muchas horas de trabajo, muchas. A principios de octubre ya nos ponemos.

¿Se hacen amistades allí dentro, mientras hace el pesebre?
Sí, pero mira: no hablemos de fútbol, ​​no hablemos de política, no hablemos de señoras. No hay ninguna discusión, existe una gran armonía tanto entre los hombres como entre las mujeres. Hay alegría al hacerlo, hay admiración por lo que se hace, creo que admirar lo que haces también es positivo.

Y la gente de El Prat se lo reconoce, ¿verdad?
Yo diría que sí. Mira, yo le recomiendo que, cuando vaya a ver el pesebre, no haga un vistazo rápido, sino que se fije y piense “¿cómo lo ha hecho esto esta gente?”. Porque hay cosas de un nivel impresionante, unos detalles de gran calidad. Y si piensas que eso debes quemarlo dentro de un mes…

Pero, pronto, a pensar en el pesebre del próximo año, ¿verdad?
Sí, pero nosotros nos hemos apoderado de la palabra pesebre y no lo cumplimos. No lo cumplimos. Lo que es realmente un belén es una parte mínima. La cueva, el nacimiento, debería tener mayor presencia. Yo he visto ante mí a personas preguntándose dónde está el pesebre…

Marco Quinto y Aires