La apertura de las duchas de playas y centros deportivos, así como la reducción de las restricciones de uso para el campesinado, son algunos de los cambios que previsiblemente incluirá la resolución de la Generalitat
viernes, 10 mayo, 2024 – 16:00
La Generalitat ha anunciado esta semana, ante la mejora de la situación de los embalses, que se relajarán algunas de las medidas vigentes para hacer frente a la sequía, y todo apunta a que se devolverá al estado de excepcionalidad. A la espera de la publicación oficial de la resolución que las detalle y de la reunión semanal del Comité de sequía de El Prat para evaluar la nueva situación, se prevé que se flexibilicen aspectos como el riego de vegetación, el deportivo y el agrícola, uso para ganadería e industrial, las duchas de las piscinas o el lavado de vehículos. En la ciudad, las medidas adoptadas hasta ahora y la concienciación ciudadana han permitido alcanzar un importante ahorro en el consumo medio.
Con el cambio de estado de emergencia y excepcionalidad, la dotación de agua por habitante y día pasará del tope actual de 200 litros a los 230 litros. Sin embargo, más allá de estas medias relativas al volumen, la resolución afectará a diversas limitaciones de los usos. En los centros deportivos se eliminarán las restricciones en el uso de las duchas. Por lo que respecta al riego, seguirá limitado a los campos de deporte federados, con algunos cambios en el origen del agua y con un límite del volumen.
La nueva situación de excepcionalidad introducirá algunos cambios en el uso de agua para piscinas. Se podrán volver a utilizar las duchas y llenar las piscinas desmontables de hasta 500 litros de los centros escolares. El resto de piscinas se podrán rellenar parcialmente siempre que tengan sistema de recirculación y en cantidades mínimas para garantizar su estado sanitario. En la playa, también existen novedades, ya que desaparece la prohibición de uso de las duchas y lavapiés.
En relación con el riego de supervivencia de la vegetación, se mantiene la prohibición de utilizar agua potable, pero se permite el riego gota a gota y en horario nocturno con agua no potable. También se mantiene la prohibición de llenar con agua potable fuentes y lagos ornamentales, pero se introduce una excepción: cuando éstas hacen de soporte vital de la vida acuática. En este caso, deberá utilizarse la cantidad mínima para mantenerla.
Se dobla el volumen de agua para el campesinado
De acuerdo con el Pla de Sequera Municipal, se mantiene la prohibición de los usos recreativos. Por el contrario, la reducción en usos agrícolas pasa del 80 por ciento a un 40 por ciento, la de los usos ganaderos, del 50 por ciento al 30 por ciento, y la de los usos industriales, del 25 por ciento al 15 por ciento.
Por último, en cuanto a la limpieza de los vehículos, hasta ahora sólo permitida en establecimiento comercial y con limitaciones, se podrá realizar fuera de ellos, pero sólo para velar por la seguridad y la salud de personas y animales.
Buenos resultados en el ahorro doméstico y municipal
Más allá de las medidas que se apliquen en función de la resolución de la Generalitat y de la evaluación que haga de la situación actual el Comité de Sequía municipal, en El Prat las acciones que se han llevado a cabo contra la sequía han permitido conseguir un ahorro importante de agua. De hecho, los datos de marzo y abril reportan un consumo doméstico medio de 96,9 litros por habitante y día, por debajo de los del mismo período del año pasado, de 97,80 litros, y muy por debajo del límite que establecía el decreto de estado de emergencia de la Generalidad.
Estos datos ponen de manifiesto que la ciudadanía entiende la situación grave que vivimos y hace un uso responsable de este recurso. De la misma forma, la industria y tejido comercial con sede en la ciudad también ha demostrado su capacidad de ahorro.
En cuanto al consumo municipal total, que incluye edificios, fuentes y riegos, ha sido en este período de 19.601 m3, mientras que en 2023 fue de 33.490 m3. Este importante reducción refleja la eficacia de diferentes acciones, como la priorización del riego de supervivencia en todos los espacios verdes de la ciudad, la implantación y el control de agua de los sistemas de riego gota a gota y el uso de agua no potable para la limpieza de calles y para todos aquellos usos que son compatibles con ésta. Asimismo, es fruto de la inversión constante en el mantenimiento de las redes de distribución de agua para minimizar los escapes.